¿Quién es Dios?

Por Else Byskov

Bueno, esta es una gran pregunta y sólo me siento capaz de intentar de responderla debido a que he estudiado la impresionante ciencia espiritual de Martinus durante más de 25 años. Por favor, tengan en cuenta que esta es una versión ultra-resumida del concepto de “Dios”  

            Martinus tiene un concepto cósmico de Dios y no uno creado por el hombre.  

            Durante siglos Dios ha sido representado por los seres humanos como una persona (un hombre) que no era mucho mejor que los humanos mismos: se ponía celoso si tenían otros  dioses, exigía lealtad y sumisión, y dejó que su hijo Jesús sufriera  una muerte horrible en la cruz para perdonar nuestros pecados. Este Dios necesitó de un sacrificio de sangre de un hombre completamente inocente (Jesús) para perdonar a un grupo de pecadores, criminales y asesinos. Esta imagen de Dios ha sobrevivido durante cientos de años y sigue vivita y coleando, pero esto no es más que un concepto de Dios creado a imagen y semejanza del Hombre. No tiene nada que ver con el concepto cósmico de Dios.  

            Otras religiones tienen también otros conceptos de Dios, pero una cosa es cierta: Dios está por encima de todas las religiones. Ninguna religión puede reclamar el monopolio de Dios.   

Un atardecer en el mar

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El concepto cósmico de Dios 

El concepto cósmico de Dios es el siguiente: Todo lo que existe es parte de Dios. Todo el universo es Dios. Así como tenemos un cuerpo físico y un cuerpo espiritual (nuestra consciencia), así mismo los tiene Dios. La parte física del universo es el cuerpo físico de Dios,  y la parte no física del universo es su consciencia. La parte no física del universo está hecha de un algo invisible: energía. Lo que alguna vez se consideró espacio vacío no está vacío en absoluto, está lleno hasta el borde de energía. La energía es materia espiritual (nuestros pensamientos son pequeños haces de energía), por lo que toda la energía que flota en el universo es materia de pensamiento, que es la consciencia. Esto significa que estamos vivos en un universo consciente. 

            Pensamientos y consciencia son obviamente características de un ser vivo. Sólo los seres vivos tienen consciencia. Esto significa que ahora comenzamos a intuir el primer débil contorno de un ser vivo detrás del cosmos. O mejor dicho, comenzamos a pensar que tal vez todo el cosmos podría ser un ser vivo. Eso es exactamente lo que Martinus nos dice. Estamos vivos en un universo viviente, el cual es Dios.  

La estructura de la vida 

La vida se constituye en seres vivos dentro de seres vivos. Sabemos que dentro de nuestro cuerpo hay trillones de pequeños seres vivos: órganos, células, moléculas, átomos, quarks, etc. Todos esos son seres vivos individuales que tienen su experiencia de vida dentro de nuestro cuerpo. Su experiencia de vida depende de lo que les alimentemos: lo que comemos, bebemos, respiramos y pensamos. Las condiciones que les ofrecemos son su mundo exterior, su cosmos. 

            También nosotros somos seres vivientes dentro del cuerpo de otro ser vivo: la Tierra. Nuestra existencia también depende de las condiciones externas que la Tierra nos ofrece: suelo, aire,  oxígeno, lluvia, sol, calor, frío, plantas, etc. No podríamos estar vivos si la Tierra no nos ofreciera esas condiciones. Nuestras vidas dependen totalmente de las condiciones de vida que ofrece la Tierra. Si la Tierra no fuera un ser vivo, no podríamos vivir aquí. Si queremos  ver cómo se ve un planeta muerto, basta con mirar la luna: no hay formas de vida allí. Pero la Tierra está viva y son las  fuerzas de consciencia del planeta las responsables de la gravedad: las fuerzas de consciencia atraen las cosas a su centro y las mantienen allí.  

            La Tierra también está viva dentro de otro ser vivo:  el sistema solar, que está vivo dentro de la galaxia, que también es un ser vivo. La galaxia está viva dentro de un cúmulo de galaxias que también es  un  ser vivo, etc. Hay seres vivos dentro de seres vivos hasta donde el ojo puede llegar tanto hacia arriba en macro cosmos como hacia abajo en micro cosmos.  Todo el universo es  un gran ser vivo, y este ser vivo incomprensible y  enorme es  Dios. Porque Dios es un ser vivo, el universo está lleno de vida. Hay vida en todas partes y en innumerables planetas hay humanidades como nosotros. No estamos absolutamente solos en el universo.  Todo en el universo es una parte del cuerpo físico de Dios (las partes físicas) y ‘su’ cuerpo espiritual o conciencia (las partes no físicas, por ejemplo, la energía). No existe nada que no sea parte de Dios. 

La necesidad de Dios 

¿Podemos hacerlo sin Dios? No, no cuando nos detenemos a pensarlo: simplemente tiene que haber un Dios o un creador, porque nada se crea a sí mismo. Cuando miramos nuestro mundo humano, sabemos que en nuestro entorno manufacturado no hay una sola cosa que se haya creado a sí misma. No esperamos que se haya creado una mesa, una casa o un coche: Si así hiciéramos, estaríamos en camino al manicomio. Pero cuando miramos  las cosas en el mundo natural, asumimos que se han creado a sí mismas: un árbol, una flor o una montaña. La narrativa convencional nos dice que todo en la naturaleza se ha creado a sí mismo – que ha llegado a existir a través del azar y una explosión magnificente… pero  cuando lo pensamos a profundidad, ¿no parece bastante improbable? Todo en la naturaleza descansa en perfecta armonía, todo se recicla y la belleza de la misma es abrumadora. ¿No es la idea de que el mundo físico ha surgido por casualidad  comparable a la idea de que un tornado puede soplar a través de una chatarrería y armar un avión jumbo? 

            Tenemos que encontrar una explicación mejor y más lógica, y esta es que hay un creador detrás del mundo natural del mismo modo que hay un creador detrás de todas las cosas hechas por el hombre. Detrás de toda creación humana hay un pensamiento. Primero tenemos un pensamiento o una imagen mental de lo que queremos crear. Queremos crearlo, porque tenemos un plan para su uso. Lo creamos porque lo necesitamos: necesitamos la función que aquello puede proporcionar. Luego hacemos un dibujo, y  finalmente  lo creamos en la materia física. Cada cosa creada por el hombre fue hecha de esta manera. No hay ninguna excepción a esto. Todo fue un pensamiento antes de convertirse en algo físico.  

Y tal como abajo, es arriba. Todo el mundo físico también fue un pensamiento antes de que se convirtiera en una manifestación física. Todo el mundo físico fue un pensamiento en la cabeza de alguien, y este alguien es Dios. ¿Y cuál era el plan de Dios para crear el mundo físico? El plan era tener un lugar donde la vida se pueda experimentar en la materia física. 

            Experimentar la vida en materia física es un requisito previo vital para nuestra capacidad eterna de percibir. Somos principalmente seres espirituales que vivimos eternamente en nuestro cuerpo espiritual que consiste en energía. Pero de vez en cuando tenemos que encarnar en un cuerpo físico para experimentar contraste. Si no lo hacemos, perdemos la capacidad de percibir. Necesitamos experiencias contrastantes para mantener nuestra capacidad de percibir. Dios ha creado el mundo físico con su número infinito de planetas habitables para que haya un lugar al que ir y experimentar contraste con el mundo espiritual. Sólo a través de la experiencia del contraste podemos mantener nuestra capacidad de percibir. Si no hubiera lugar para ir a experimentar contraste, el universo no podría ser eterno, porque tendría que terminar, cuando no hubiera más que experimentar.   

Somos quanta de Dios 

Vivimos en un universo consciente y el universo es el cuerpo de Dios. Somos células en su cuerpo.** También podemos decirlo así: somos quanta de Dios. El cuerpo de Dios es indispensable para nosotros, porque en él «vivimos, somos y tenemos nuestro ser» (como dice en la Biblia),  pero también somos indispensables para Dios, porque es a través de nosotros, los micro seres de Dios, que «él» experimenta la vida.  «Él» no puede hacerlo sin nosotros, y nosotros no podemos hacerlo sin «Él». Y «El» siempre está con nosotros. Puede que no lo pensemos, una vez que hayamos llegado a la etapa atea (que la mayoría de la gente experimenta), pero eso no importa, Él está con nosotros siempre, en las buenas y en las malas. Una vez que nos demos cuenta de eso, podemos comenzar a dirigir nuestros pensamientos a «Él» y luego descubriremos que podemos hablar con “Él” a diario. Una vez que  logremos, veremos cómo la magia de la vida comienza a abrirse para nosotros. Es tan obvio: reconocemos su existencia, y El  nos responde. 

            Permítaseme resaltar que el Dios del que estoy hablando no es el Dios enojado y enjuiciador de las religiones. Es el Dios cósmico, un Dios que ama todo, ya que el amor es el tono básico del universo. Pero como hay luz, también debe haber oscuridad: puedes leer más sobre esto en mi libro «La muerte es una ilusión».   

** Dios no es un hombre, sino de doble polaridad – tanto masculino como femenino con los dos polos sexuales en equilibrio. (Por favor, lee mi libro «The Downfall of Marriage» disponible en Amazon.com, pero solo en inglés). 

Título original: Who is God?, escrito por Else Byskov y publicado en su sitio web: newspiritualscience.com. Traducido del inglés al castellano por Davíd Pinzón Cadena en mayo 2021.