
7 dic 2023
Este mes estaré compartiendo un grupo de fotografías que tomé la década pasada, concretamente algunas de las que hice durante los respectivos meses de diciembre de los últimos años.
En el conjunto de fotos en cuestión, he intentado retratar la luz de los días previos a la navidad. Aunque los registros fotográficos resultantes constituyen imágenes que difícilmente logran reflejar la belleza del espectáculo real, de todos modos llevan un lejano aroma de lo que estoy pretendiendo comunicar.
Hay una época del año en la que se celebra, a diversas latitudes, el segundo de los solsticios anuales. No por casualidad, la jerarquía eclesiástica mudó, para esos mismos días, uno de los festejos más importantes del cristianismo, el nacimiento de Jesús.
De modo que, celebraciónlones de origen pagano, la del solsticio de invierno en el hemisferio norte y la del solsticio de verano en el hemisferio sur, fueron desplazadas o fundidas con las cristianas, de carácter religioso. Así, desde hace unos cuantos siglos, se conmemora en un buen sector de los países del orbe el nacimiento de la individualidad que en su adultez lograría dar paso a una nueva manifestación, en el plano físico, de la consciencia de unidad, aquella que la tradición cristiana denomina El Unigénito.
Luego, intentando explicar el motivo de inspiración de la serie de fotografías que comparto este mes, resulta que en el hemisferio norte los rayos de luz solar comienzan a llegar cada vez más oblicuos a medida que finaliza el otoño y se acerca el solsticio de invierno, lo cual da un toque sereno y suave a la luz de los días de finales de noviembre y de diciembre. Esta es mi apreciación subjetiva, como observador aficionado a la fotografía.
Ahora, voy a conectar este relato con las ideas de Martinus Thomsen, quizás el mayor representante de la corriente denominada, el cristianismo intelectualizado.
»¿Se ha visto alguna vez una conmemoración igual? Aunque ahora casi es una tradición de dos mil años, sigue siendo tan fuerte que en el tiempo del solsticio en plena oscuridad del invierno es capaz de penetrar todo el mundo cristiano y por un tiempo animar la mente de millones de personas y ponerla en contacto con la luz celestial. En este momento es como si todo el mundo quisiera ser bueno, todo el mundo quisiera dar regalos, del mismo modo que no se quiere que nadie, durante este pasaje rápido de la luz divina a través de la mente, deba pasar hambre o frío, estar abandonado o sin hogar. Todo el mundo quiere alegrar a todo el mundo. Nadie debe estar fuera en la oscuridad y frío de la noche. Todo el mundo debe sentir el amor. ¡Qué luz divina en una humanidad que vive en la época bélica de su cataclismo o día del juicio final! »
La cita mostrada es de un artículo cuyo título original es: Juleaften og nytårsaften.l, el cual fue publicado por primera vez en la edición danesa de Carta de Contacto n.º 26, 1960. Fue traducido del danés al castellano por Else Byskov con la colaboración del equipo de lengua castellana. La identidad del artículo: M0920.
La fotografía de arriba fue tomada el 06 de diciembre de 2017, a las 8:00 AM, desde el sector medio del Parque Metropolitano Albarregas de la ciudad de Santiago de los Caballeros de Mérida.
